Testimonio Del Poder De Dios.


Mi nombre es José Henríquez, y este es mi testimonio.

Antes les comparto estos versículos de la Biblia:

“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,

Y los defiende.” Salmos 34:7


“Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría.” Isaías 44:24-25

“Porque contra Jacob no hay agüero, Ni adivinación contra Israel.
Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel: ¡Lo que ha hecho Dios!” 
Números 23:23

Comienzo diciendo que recuerdo que en una ocasión, era un día sábado, y ya había salido del trabajo, era mediodía y me encontraba esperando el bus que me llevaría a mi lugar de vivienda, yo estaba despreocupado en mis pensamientos, cuando de pronto se colocó a la par mía un varón, que me dijo: “fíjese que usted no se ha dado cuenta, pero desde hace un rato dos sujetos lo han estado observando, yo creo que le han visto el reloj y uno de ellos se acaba de separar, para salirle de este otro lado” y luego añadió: “Pero no se preocupe que yo estoy aquí”. Y así fue, mientras uno de los sujetos se encontraba en pie en la esquina de enfrente, el otro se acercó, viniendo del lado opuesto, pero cuando llegó ya no me encontraba yo solo, así que se detuvo a nuestras espaldas, y el varón que se había acercado a ayudarme le dijo: “Por qué te quedás aquí, seguí caminando”, a lo que el sujeto le respondió: “la calle es libre” y el varón le replicó: “si pero no te podés quedar aquí, no tenés nada que hacer aquí, así que seguí caminando” y mientras ocurría esta discusión, fue que yo me retiré y fue así como Dios actuó aquella tarde en mi auxilio, ya que fue Dios quien tocó el corazón de aquel varón para que me ayudara y que así se cumpliera su palabra, la cual dice: que el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. ¡Gloria al Señor!

Otro evento que marcó mi vida, fue una pérdida económica que tuve que afrontar. Yo tenía cierta cantidad de dinero invertido en un negocio, cada mes recibía un pago en concepto de intereses y esto funcionó bien durante un año y medio, pero después de este tiempo las cosas comenzaron a andar mal, me retrasaban el pago, hasta que un día me dijo el propietario del negocio que ya no podía pagarme más, debido a una situación de pérdidas muy grande, así que me devolvería el capital invertido, pero al final, tampoco pudo devolverme el dinero. Traté de buscar la manera de recuperar aquel dinero, incluso a través de un abogado, pero fue inútil. Y recuerdo que en medio de aquella crisis, conocí la historia de un hermano que siempre andaba cantando alabanzas, él cultivaba la tierra, era de esta manera que obtenía su sustento, pero un día llegaron las langostas a su cultivo y devoraron absolutamente todo, así que el hermano lo perdió todo. Entonces uno de sus amigos dijo: iré a verlo para hablar con él, porque de seguro ha de estar muy triste por esta tragedia que la ha ocurrido, así que fue a verlo, sin embargo se llevó tremenda sorpresa, porque lo encontró cantando alabanzas, como siempre lo hacía y entonces él le dijo que por qué cantaba, si había perdido todo, a lo que el hermano le respondió: Todo lo que yo tengo, es Dios quien me lo da, así que el cultivo era de Dios y si Él quiso alimentar a sus langostas con ese cultivo, Él podía hacerlo porque el cultivo era de Él.
Cuando yo terminé de oír esta historia, le oré a Dios y le dije que si era su voluntad y Él consideraba que el dinero le serviría más a la persona a la que le había quedado, pues que entonces yo aceptaba su voluntad y que le quedara a esa persona. Y después de esta oración ya no me preocupé más por recuperar el dinero y simplemente continué con mi vida. Y algunos años después, recuerdo que un día domingo, debido a que mi familia salió muy temprano de casa, me quedé solo. Estaba aún en mi cama cuando de repente comencé a sentir un fuerte impulso de levantarme, recuerdo que así lo hice, pero al levantarme también se fijó en mi mente un pensamiento, que fue como una especie de mandato y era que debía ir y encender el televisor y colocar el canal 25, que era un canal cristiano en ese entonces, quiero señalar que a mí nunca me había sucedido algo como esto. Pero, en efecto me levanté, tomé el control remoto, encendí el televisor y de inmediato, sin pasar por otros canales primero, fui y coloqué el canal 25, y recuerdo que estaba un hermano predicando, hablaba acerca del crecimiento de la iglesia, me senté en el sofá de la sala y comencé a escuchar aquella predicación, y unos minutos después de estar oyendo el mensaje, de pronto dijo el predicador: “Y ahora tengo una palabra profética para ti y es esta: Dice el Señor que Él te va a devolver todo lo que el diablo te quitó en el pasado”. Cuando yo escuché esto fue entonces que me dije: “Era esto lo que Dios quería que oyera y por eso me hizo sentir el impulso de levantarme y también por eso recibí su mandato, de que debía ver el canal 25”, ¡Gloria a Dios! A partir de ese día yo me quedé en espera de que se cumpliera esa maravillosa promesa, que Dios en su infinita misericordia y bondad me hizo, ¡Alabado sea Dios! Quiero decirles que el tiempo de Dios no es el tiempo del hombre (“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”. 2 Pedro 3:8), así que Dios actúa conforme a su tiempo. Esta promesa se cumplió aproximadamente un año después. El Señor me permitió encontrar un trabajo en un negocio que era un cibercafé, cuando llegué como empleado, yo sabía que el dueño de este negocio, quería venderlo y a la semana le hablé de mi interés en comprarlo, pero le dije que no tenía el dinero que pedía por dicho negocio, y él me dijo que buscara ayuda con algún familiar para que me prestara el dinero, le dije que buscaría esa ayuda, y lo hice pero fue en vano, ya que nadie me ayudó, pero Dios tenía sus planes, ¡Gloria al Señor! El dueño del negocio lo puso en venta, es decir colocó anuncios de que el negocio se vendía, así que comenzaron a llegar algunas personas interesadas en comprarlo, pero por diferentes motivos nunca se animaron a comprarlo, así que el dueño se lo entregó a un amigo, quien no le pagó nada, solo le dijo que se quedara a cargo del negocio por un mes y que él viera si le gustaba para comprarlo, cuando esto pasó yo pensé que hasta ahí llegaría trabajando en ese lugar, pero como dije antes, Dios tenía sus planes, y el nuevo dueño me pidió que yo siguiera trabajando ahí. Pasaron los días y llegando casi al final del mes, al nuevo dueño no le pareció que era buen negocio para él, así que lo devolvió a su antiguo dueño y cuando esto pasó, él decidió cerrarlo, pero esta decisión yo la desconocía, y fue a través de un amigo que trabajaba ahí, pero en otra área, que me enteré de esto y él me dijo: Y ¿Por qué no te quedás con el negocio? Yo le hice saber que ya antes había mostrado interés en comprarlo, pero no tenía el dinero completo y que por lo tanto, podía comprarlo pero pagándolo en cuotas mensuales, y entonces me dijo el amigo que hablaría con el dueño, y así lo hizo y el dueño esta vez sí accedió a hacer el trato de compra de esta forma y así fue como Dios me dio ese negocio, se estableció que fuera pagado en dos años y gracias a Dios lo pagué en un año y medio, y en efecto, cuando aquel negocio Dios lo dejó en mis manos, tenía un valor que duplicaba lo que yo había perdido en el pasado. ¡Dios cumple sus promesas! ¡Bendito sea el Señor!

Y el evento que relato a continuación es el que más ha marcado mi vida: Hace varios años conocí a una joven, con la cual se inició una amistad, que con el correr del tiempo se convirtió en una relación de noviazgo, el problema estaba en que ella no era cristiana, pero lo peor de todo era que ella junto con su familia, visitaban de forma regular un centro espiritista. Yo, debido a que era ignorante de estas cosas, es decir yo desde hace mucho, sé que la brujería existe, pero lo que yo no sabía era cómo es que hacían las brujerías o qué cosas necesitaban para hacerlas. Al principio, recuerdo que esta muchacha me pidió que le prestara una fotografía, la cual le presté y cuando me la regresó tres o cuatro días después, lo hizo delante de una tía de ella y al ver esto, la tía me dijo: “Y para qué le anda prestando fotografías a ella, si ella sabe hacer cosas”. Aquella era una advertencia muy seria, pero yo por mi falta de conocimiento, no le di importancia. Mi nombre completo ella lo conocía, ya que yo nunca lo ocultaba, y déjeme decirle que el nombre completo de una persona también se usa para hacer hechizos, por eso las personas que saben esto no dan a conocer sus nombres completos e incluso dan un nombre falso. También recuerdo que en una ocasión esta muchacha me pidió un cabello, yo a decir verdad nunca le preguntaba para qué ella quería estas cosas, y recuerdo que se lo di, pero entre jugueteos se lo boté de las manos, pero en realidad yo desconocía que un cabello también sirve para hacer un hechizo. Al inicio los hechizos que ella hacía (y de esto estoy convencido, por las cosas que me pedía), eran de los llamados hechizos de amarre, a través de los cuales se pretende que alguien se enamore perdida y completamente de otra persona, a tal grado de no poder dejarle nunca. Pero al ser yo cristiano, estos hechizos no funcionaron conmigo. El tiempo pasó y al cabo de un año la relación se había deteriorado mucho, ya no era igual que al principio, porque en una relación donde uno es cristiano y la otra persona no lo es, las cosas no funcionan, porque mientras que uno quiere seguir los caminos de Dios plenamente, la otra persona que no es cristiana le sirve de estorbo y de tropiezo, y es precisamente por esto que uno no debe unirse en yugo desigual, pero a veces uno tiene la esperanza de que la otra persona se convierta al cristianismo; así que ella decidió irse, pero antes de que esto pasara me pidió que le prestara un cuaderno, me dijo que lo usaría como ayuda para una tarea y que me lo regresaría unos días después, pero cuando pasaron los días y le pedí aquel cuaderno, me dijo que ya no lo tenía, que lo había perdido pero que lo buscaría y que cuando lo encontrara me lo regresaría; sin embargo, eso nunca sucedió, aquel cuaderno no lo volví a ver, ya que nunca me lo regresó. Y finalmente se produjo la ruptura de la relación. Después de esto, el tiempo comenzó a pasar y no sabría decir con exactitud cuánto tiempo había transcurrido cuando pasó esto: Recuerdo que temprano, una mañana de pronto me desperté y me incorporé y me quedé sentado en la cama, pero en ese momento yo me había despertado en mi cuerpo espiritual, ya que no sentí en ningún momento la somnolencia que se siente cuando uno recién se despierta en el cuerpo físico, y observando las paredes de la habitación, comencé a decir: Aquí hay algo extraño, aquí hay algo que no es normal, y es que yo sentía ahí una presencia maligna, mas no veía a nadie, excepto los objetos que había en la habitación, pero podía sentir la presencia maligna con toda claridad y al no quedar ninguna duda al respecto, comencé de inmediato a declarar la Palabra Poderosa de Dios, empecé a decir estos textos bíblicos: “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Y mientras decía este último texto, que se encuentra en Efesios 6:12 aquella presencia maligna huyó, ¡Gloria a Dios! Y yo se que Dios respaldó su Palabra y envió a su ángel para pelear por mí en aquel momento, y así fue como mi Dios hizo huir a aquella mala presencia de la habitación ¡Bendito sea el Señor, Dios Todopoderoso! Al finalizar este ataque, en el que Dios me había bendecido con la victoria, unos minutos después desperté ya en mi cuerpo físico y recordaba con toda claridad lo que había ocurrido, y como era primera vez que algo así me sucedía, yo no comprendía con exactitud esto que me había acontecido y pasé muy pensativo al respecto durante todo el día, solo estaba seguro de una cosa y es de que mi Dios Todopoderoso me había ayudado, al invocarlo a través de aquellos versículos bíblicos, que son promesas poderosas para todo cristiano ¡Gloria al Señor! Poco a poco fui deduciendo de dónde pudo haber venido este ataque para mi vida y comencé a sospechar que tuvo que haber venido de la joven con la que había tenido la relación sentimental, a través del uso de brujería. Varios años después deduje que esto fue posible, por aquel cuaderno que le había entregado a aquella joven; ahora sé, por medio de conocimientos adquiridos a través de libros y testimonios de ex satanistas y ex brujas, convertidos al cristianismo, que objetos como cuadernos, pueden ser utilizados como prendas para hacer un conjuro y que un demonio pueda identificar y encontrar al propietario de la prenda y hacerle el daño que le han encargado. Pero aquí no terminó esto, pues volvió a pasar unos días después, esta vez fue cuando todavía no había aclarado, recuerdo que aún estaba oscuro y de pronto al sentir de nuevo la maldad de aquella presencia, esta vez de inmediato comencé a declarar la Palabra de Dios, y de nuevo con los versículos de 2 Corintios 10:4, Lucas 10:19 y Efesios 6:12 y tal como había pasado la primera vez, Dios me ayudó y respaldó su Palabra e hizo huir a aquella presencia maligna ¡Gloria a Dios! ¡Alabado sea mi Señor Dios Todopoderoso que creó los cielos y la tierra! Y según recuerdo, ataques de esta clase, hubo uno o dos más, con el mismo resultado, la derrota de aquella presencia llena de maldad, ya que siempre recurrí a los textos bíblicos ya antes mencionados, y mi Dios y Señor Todopoderoso al invocarlo, nunca me desamparó y siempre me ayudó, Él hacía huir de inmediato a aquella presencia maligna, ¡Gloria a Dios! Sin embargo, los ataques cambiaron y pasaron a ser de otra clase, estos se producían en horas de la mañana, ya cuando había aclarado el día, y consistían en que me producían un dolor repentino en mi cabeza, y era como si ponían algo pesado sobre mi cabeza, y eso me hacía sentir mucha angustia y era cuando clamaba a mi Dios, pidiendo su ayuda, estos ataques duraban un poco más de tiempo, tal vez entre 15 y 25 minutos, la verdad no puedo decir con certeza cuánto tiempo duraban, solo sé que duraban varios minutos; pero yo me mantenía durante ese tiempo pidiéndole al Señor Jesucristo y al Padre Celestial su auxilio hasta que aquella opresión se iba. Ataques de esta clase, recuerdo que fueron varios, pero en todos y cada uno de ellos, cuando invoqué la ayuda de Dios, Él siempre me ayudó ¡Gloria a Dios! ¡Alcé mis ojos a los montes y mi socorro vino de Jehová, que hizo los cielos y la tierra! ¡Alabaré su nombre hoy y por siempre! ¡Gracias Señor, porque grandes cosas has hecho en mi vida! ¡Te alabo y te adoro solo a Ti! Finalmente aquellos ataques cesaron de una vez por todas y de esto ya pasaron muchos años. 

¡El Señor y Dios es Grande y Todopoderoso!

(Dios ha hecho varios milagros más en mi vida, pero me he limitado a compartir sólo tres).

Que Dios les bendiga.

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