Texto Bíblico:
"Y Jesús se acercó
y les habló diciendo: Toda
potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo. Amén." (Mateo 28:18-20)
Mensaje de Dios para nuestra vida:
¿Alguna vez le han traicionado, abandonado o despreciado?
Si la respuesta es que si, entonces sabe lo doloroso que es. Cuando algo así
nos ocurre, no solo se destroza nuestro corazón, sino que también perdernos la
confianza en las personas, y a veces hasta los deseos de vivir. En fin, prácticamente
toda nuestra vida toma un nuevo giro.
Para algunos, dependiendo del daño que les hayan causado,
reponerse es algo que les lleva meses o años. Los seres humanos somos
impredecibles, por eso la Biblia nos advierte que engañoso es el corazón más
que todas las cosas, y perverso; ¿quien lo conocerá? (Jeremías 17:9). Por esta razón
es que resulta muy difícil poder confiar los unos en los otros.
Sin embargo, no todo está perdido como podríamos pensar,
porque cuando la gracia de Dios nos alcanza y llegamos a conocer el evangelio,
entonces nos encontramos con el único que nunca nos traicionará, ni abandonará,
ni mucho menos nos despreciará, su nombre es: Jesús. ¡Alabado sea el nombre del
Señor!
El Unigénito Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, es
en quien podemos confiar siempre, Él ha prometido que estará con nosotros todos
los días hasta el fin del mundo, y si Él lo ha dicho, entonces nosotros podemos
estar plenamente seguros que lo cumplirá, porque sus palabras son fieles y
verdaderas. ¡Gloria a Dios!
Siendo Jesús nuestro maestro, debemos aprender de Él a
ser mansos, humildes y confiables, es decir que los demás puedan ver en
nosotros el reflejo de Jesucristo, quien nos dijo: En esto conocerán que sois
mis discípulos, en que os amáis los unos con los otros (Juan 13:35). Y si el
amor de Cristo está en nosotros, no traicionaremos, ni abandonaremos, ni
tampoco despreciaremos a nadie. ¡Bendito sea el nombre del Señor!
Si en este momento, usted está sufriendo por una
traición, abandono o desprecio, esta palabra es para usted: levántese en el
nombre de Jesús y siga adelante, confiando en el poder de Dios. ¡Comience un
nuevo día lleno de bendiciones y nuevas oportunidades! Diga: Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13); y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mi
(Gálatas 2:20). ¡Aleluya!
Oremos a Dios:
Buen Dios y Padre, te
agradecemos por tu amor infinito, por el cual tú nunca nos fallas, ni nos dejas;
al contrario, somos nosotros quienes te fallamos, pero siempre mantienes una
luz en la puerta para que podamos regresar a ti; y sabemos que lo haces por tu
gran misericordia de la cual no somos merecedores, gracias Señor, en el
nombre poderoso de Jesús. Amén.
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