lunes, 2 de octubre de 2017

Jesús, Poder De Dios.





Texto Bíblico: 

“Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.” (Hechos 9:3-5)


Mensaje de Dios para nuestra vida:

La Biblia nos habla de un hombre llamado Saulo, de Tarso, el cual se había convertido en uno de los principales enemigos de la iglesia de Cristo, este Saulo consintió en la muerte de Esteban, y además él asolaba la iglesia e iba casa por casa buscando cristianos y cuando los encontraba, los arrastraba sin importar que se tratara de hombres o mujeres, de igual forma los arrastraba y los entregaba en la cárcel.

Por lo tanto, aquellos cristianos sentían mucho temor de él. Pero aconteció que Saulo, haciendo amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se dispuso a realizar un viaje a una ciudad llamada Damasco, donde esperaba encontrar cristianos a los que pudiera traer a Jerusalén para encarcelarlos.

Sin embargo, cuando llegó cerca de Damasco le salió al encuentro ni más ni menos que el Rey de reyes y Señor de señores. Un resplandor del cielo lo hizo caer en tierra, Jesús mismo le habló y en aquel momento le hizo comprender que el camino que él seguía estaba equivocado. Y desde aquel instante la vida de Saulo fue diferente, incluso su nombre pasó a ser Pablo; pues JESÚS ES PODER DE DIOS QUE CAMBIA Y TRANSFORMA VIDAS, ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios!

Muchas personas en el mundo siguen caminos equivocados, pero Jesucristo tiene misericordia de todos y no quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Ojalá que dejen que el poder transformador de Jesús cambie sus vidas.


Oremos a Dios:

Padre Nuestro, te glorificamos y te adoramos, permite Señor que todos encuentren tu camino. Ayúdanos a reflejar tu luz y guiar a otros a tu senda de gloria, para que se arrepientan, y Tú tengas misericordia de ellos, salvándolos de la condenación eterna, en el nombre poderoso de Jesús. Amén.

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