Debemos estar siempre confiados en nuestro Señor y Dios, ya que las armas que nos dá son sumamente poderosas en él; pero no son para luchar ni contra sangre, ni contra carne, es decir que nuestra pelea no es contra personas, sino contra potestades y gobernadores de las tinieblas, y contra huestes de maldad en las regiones celestes.
Y Jesús además, nos dice: "He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enenmigo, y nada os dañará." Lucas 10:19.
Cristo ha vencido, y él nos dice que no temamos, que en él somos más que vencedores. Amén.
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