Texto Bíblico:
"Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al
desierto, para ser tentado por el diablo.Y después de haber ayunado cuarenta
días y cuarenta noches, tuvo hambre." (Mateo 4:1-2)
Mensaje de Dios para nuestra vida:
El pasaje de hoy nos relata el momento en que Jesús fue
conducido por el Espíritu al desierto, para que el diablo lo tentara de varias
maneras, con el propósito de probar su resistencia, su fuerza, su fidelidad a
Dios, su fe y sabiduría. Veamos a continuación cuáles fueron las tentaciones.
En primer lugar, y sabiendo que Jesús tuvo hambre,
después de haber ayunado por 40 días y 40 noches, vino a él buscando una
debilidad en su necesidad de comer, la cual es propia de todo ser humano, y le
dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas
piedras se conviertan en pan; mas Jesús a esto respondió citando el pasaje de
la Biblia que dice: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios. Y de este modo, el Señor Jesucristo no cedió ante la
primera tentación.
En segundo lugar, dice la Biblia que satanás lo llevó a
la ciudad santa, y aquí fue para intentar que Jesucristo pusiera a prueba a
Dios; le colocó sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres el Hijo de
Dios, échate abajo; porque está escrito: A sus ángeles mandará acerca de ti, y,
en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.
Entonces Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
Nuevamente, y por segunda ocasión, Jesús venció al enemigo, citando las
sagradas escrituras.
Finalmente, en tercer lugar, el diablo lo tentó
llevándolo a un monte muy alto, donde le mostró todos los reinos de la tierra y
la gloria de ellos, y le dijo que a él le pertenecían y que se los daría a
quien él quisiera, así que se los ofreció a Jesús a cambio de que postrado le
adorara. Pero Cristo le dijo que se fuera y le indicó que en la palabra de Dios
escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Esta fue la
tercera derrota que sufrió el diablo, ya que Jesús fue totalmente fiel a Dios.
Satanás trató de que Jesucristo se deslumbrara con las riquezas de este mundo,
pero no lo consiguió.
El diablo fue vencido, pues no logró que Jesús cediera
ante sus tentaciones, así que se alejó de él, y nos relata la Biblia que
después de todo esto, ángeles venían y servían a Jesucristo. ¡Aleluya!
Como nos hemos podido dar cuenta, lo que Jesús usó para
triunfar sobre satanás fue la palabra de Dios, la cual de hecho es más cortante
que toda espada de dos filos. Ante la tentación, Jesús lo que hizo fue
resistir, y podemos ver que se cumplió lo que está escrito en las sagradas
escrituras, para ser preciso, en el libro de Santiago 4:7, donde dice:
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Al igual que Jesús, nosotros muchas somos tentados por el
diablo a hacer lo malo, a cometer actos pecaminosos ante los ojos del Altísimo.
Y esto ocurrirá una y otra vez durante toda nuestra vida cristiana. Es
necesario que cada quien, tengamos puesta la armadura que Dios nos dá, para
resistir en el día de la tentación. Nuestro Señor Jesucristo triunfó, y gracias
a eso es que nosotros podemos vencer también, ya que en el nombre de Jesús
somos más que vencedores.
¡La gloria es para el Señor!
Oremos a Dios:
Padre que estás en
los cielos, te adoramos y exaltamos, por cuanto solo tú eres merecedor de
recibir toda honra y gloria; eres nuestro Dios, gracias por tu bondad y
misericordia; ayúdanos a resistir las tentaciones que el enemigo pone en
nuestro camino, danos la fuerza para vencer, en el nombre poderoso de
Jesucristo. Amén.
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