Texto Bíblico:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28)
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28)
Mensaje de Dios para nuestra vida:
Cuando somos niños nuestros padres nos cuidan, y nosotros nos dedicamos a comer, dormir y jugar; es decir no sentimos que llevamos cargas pesadas sobre nuestras espaldas. Pero luego crecemos, y entramos a la vida adulta y ahí todo cambia. Comenzamos a adquirir responsabilidades y obligaciones en el trabajo y en el hogar.
Comienzan
a llegar recibos, cuentas y facturas que debemos pagar, tenemos que cumplir
horarios de trabajo, tenemos que estar pendientes y al cuidado de la familia,
etc. Todo esto se convierte en una carga que puede volverse muy pesada para
nosotros y puede causarnos estrés, preocupación y angustia. Esto en algunos
casos es tan grave que puede ocasionar que algunas personas lleguen, incluso al
borde del suicidio.
Pero es
aquí donde entra la magnífica obra de Dios y actúa de tal forma que aligera
nuestras cargas, sin importar cuán grandes y pesadas sean. A través de la
comunión con Dios, por medio de su hijo Jesucristo encontramos paz, consuelo,
bienestar y fuerzas para llevar todas nuestras cargas.
Cuando
alabamos su nombre, oímos su palabra y la creemos, Dios produce un gran gozo en
nosotros, que nos hace ver cualquier carga muy fácil de llevar. ¡Aleluya!
¡Gloria a Dios!
Tengamos
fe, y si sentimos que nos hace falta, entonces pidamos al Todopoderoso que nos
la aumente, porque necesitamos creer con fe que Dios nos ayudará, que Él llevará
nuestras cargas, y esto lo reafirma cuando nos dice en su Palabra: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará…” (Salmos
55:22)
Oremos a Dios:
Padre Eterno, te adoramos y
exaltamos, eres tan bueno con nosotros que haces nuestra carga liviana, y por lo
tanto fácil de llevar. Danos las fuerzas que necesitamos todos los días, para
recorrer con alegría el camino que has trazado para nosotros en esta vida, en
el nombre poderoso de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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