viernes, 20 de octubre de 2017

Dios Es Nuestro Amparo





Texto Bíblico:

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.” (Salmos 46:1-3)


Mensaje de Dios para nuestra vida:

Muchas veces, durante nuestra vida nos sentimos atribulados, en situaciones que para nosotros son muy difíciles y desesperantes. No vemos por ningún lado un sitio por donde salir; consideramos que ya no hay esperanza para nosotros. La situación empeora cuando, incluso las personas cercanas en las que confiamos, no nos ayudan y hasta nos desalientan.

Luchamos en secreto por seguir caminando y salir adelante, pero todo es sombrío cuando la tribulación llega a nuestra vida. ¿Qué hacer entonces? ¿A dónde ir? ¿A quién acudir? En la Biblia hallamos la respuesta a todas esas interrogantes.

En primer lugar nos dice que Dios es nuestro amparo. Dicha palabra significa brindar resguardo y protección a una persona. Quiere decir entonces que nosotros estamos al cuidado de Dios y Él velará por nostros en todo momento, sin importar las circunstancias de nuestro entorno. ¡Qué bueno que sea así! Así que lo que tenemos que hacer es creer y confiar en el amparo de Dios.

En segundo lugar, la Biblia también afirma que Dios es nuestra fortaleza. Esto nos da a entender que Dios nos da la capacidad sostenernos, resistir o soportar algo. Si tenemos fe en Dios, Él será nuestra fortaleza y podremos mantenernos en pie, ya que nada podrá derribarnos, sin importar el tamaño de la dificultad que afrontemos. ¡Aleluya!

Y en tercer lugar, la Sagrada Escritura nos indica que Dios es nuestro pronto auxilio. Que no es otra cosa sino, la ayuda que se da en una situación de peligro o necesidad. Nuestro Señor Todopoderoso está siempre pendiente de nosotros, y cuando estamos en peligro o necesitando ayuda, Él acudirá a nuestro rescate, pero esto es algo que debemos creer con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con toda nuestra alma. Con fe es como agradamos a Dios.

Aunque la tierra tiemble, aunque se muevan los montes a las profundidades del mar,  y aunque el sol no brille más, en Dios debemos seguir creyendo y confiando, porque Él nunca nos desamparará. En sus manos seguros estamos y nadie nos puede arrebatar. Así como decía el salmista David, digamos también nosotros: No temeremos, aunque andemos en valle de sombra de muerte, porque Dios está de nuestro lado, y su vara y su cayado nos infunden aliento. ¡Gloria al Señor!


Oremos a Dios:

Padre, digno eres de recibir la honra y la gloria. Hemos aprendido a través de tu palabra, que tú nos amparas, nos fortaleces y nos auxilias, así que confiados y seguros podemos estar en ti, no debemos temer, porque eres más grande que cualquiera de nuestros problemas y tribulaciones, de los cuales, si confiamos en ti, siempre saldremos airosos, en el nombre poderoso de Jesús. Amén.


martes, 17 de octubre de 2017

Venciendo la Tentación





Texto Bíblico:

"Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre." (Mateo 4:1-2)


Mensaje de Dios para nuestra vida:

El pasaje de hoy nos relata el momento en que Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para que el diablo lo tentara de varias maneras, con el propósito de probar su resistencia, su fuerza, su fidelidad a Dios, su fe y sabiduría. Veamos a continuación cuáles fueron las tentaciones.

En primer lugar, y sabiendo que Jesús tuvo hambre, después de haber ayunado por 40 días y 40 noches, vino a él buscando una debilidad en su necesidad de comer, la cual es propia de todo ser humano, y le dijo:  Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan; mas Jesús a esto respondió citando el pasaje de la Biblia que dice: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Y de este modo, el Señor Jesucristo no cedió ante la primera tentación.

En segundo lugar, dice la Biblia que satanás lo llevó a la ciudad santa, y aquí fue para intentar que Jesucristo pusiera a prueba a Dios; le colocó sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres el Hijo de Dios, échate abajo; porque está escrito: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Entonces Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Nuevamente, y por segunda ocasión, Jesús venció al enemigo, citando las sagradas escrituras.

Finalmente, en tercer lugar, el diablo lo tentó llevándolo a un monte muy alto, donde le mostró todos los reinos de la tierra y la gloria de ellos, y le dijo que a él le pertenecían y que se los daría a quien él quisiera, así que se los ofreció a Jesús a cambio de que postrado le adorara. Pero Cristo le dijo que se fuera y le indicó que en la palabra de Dios escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Esta fue la tercera derrota que sufrió el diablo, ya que Jesús fue totalmente fiel a Dios. Satanás trató de que Jesucristo se deslumbrara con las riquezas de este mundo, pero no lo consiguió.

El diablo fue vencido, pues no logró que Jesús cediera ante sus tentaciones, así que se alejó de él, y nos relata la Biblia que después de todo esto, ángeles venían y servían a Jesucristo. ¡Aleluya!

Como nos hemos podido dar cuenta, lo que Jesús usó para triunfar sobre satanás fue la palabra de Dios, la cual de hecho es más cortante que toda espada de dos filos. Ante la tentación, Jesús lo que hizo fue resistir, y podemos ver que se cumplió lo que está escrito en las sagradas escrituras, para ser preciso, en el libro de Santiago 4:7, donde dice: Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

Al igual que Jesús, nosotros muchas somos tentados por el diablo a hacer lo malo, a cometer actos pecaminosos ante los ojos del Altísimo. Y esto ocurrirá una y otra vez durante toda nuestra vida cristiana. Es necesario que cada quien, tengamos puesta la armadura que Dios nos dá, para resistir en el día de la tentación. Nuestro Señor Jesucristo triunfó, y gracias a eso es que nosotros podemos vencer también, ya que en el nombre de Jesús somos más que vencedores.

¡La gloria es para el Señor!


Oremos a Dios:

Padre que estás en los cielos, te adoramos y exaltamos, por cuanto solo tú eres merecedor de recibir toda honra y gloria; eres nuestro Dios, gracias por tu bondad y misericordia; ayúdanos a resistir las tentaciones que el enemigo pone en nuestro camino, danos la fuerza para vencer, en el nombre poderoso de Jesucristo. Amén.

lunes, 16 de octubre de 2017

Salmos 125:1-2

La Cita Bíblica de Hoy






Esta promesa es para todos nosotros los que hemos creído en el Dios verdadero. Si confiamos en Él, entonces permanecerá a nuestro alrededor para ayudarnos, defendernos y pelear por nosotros todas las batallas que se nos presenten en la vida. Jehová de los ejércitos nos protegerá desde ahora y para siempre. Amén.